Yo te buscaré a quién amar
antes de que no seas niño;
después te toca abrir tu caja
y comerte tus sufrimientos.
Yo tengo reinas encerradas,
como abejas, en mi dominio,
y tú verás una por una
cómo ellas se peinan la miel
para vestirse de manzanas,
para trepar a los cerezos,
para palpitar en el humo.
Te guardo estas novias salvajes
que tejerán la primavera
y que no conocen el llanto.
En el reloj del campanario
escóndete mientras desfilan
las encendidas de amaranto,
las últimas niñas de nieve,
las perdidas, las victoriosas,
las coronadas de amarillo,
las infinitamente oscuras,
y unas, pausadamente tiernas,
harán su baile transparente
mientras otras pasan ardiendo,
fugaces como meteoros.
Dime cuál quieres aún ahora,
más tarde ya sería tarde.
Hoy crees todo lo que cuento.
Mañana negarás la luz.
Yo soy el que fabrica sueños
y en mi casa de pluma y piedra
con un cuchillo y un reloj
corto las nubes y las olas,
con todos estos elementos
ordeno mi caligrafía
y hago crecer seres sin rumbo
que aún no podían nacer.
Lo que yo quiero es que te quieran,
y que no conozcas la muerte.
Poema "Repertorio", del libro "Estravagario".
Pablo Neruda (1958).
Pablo Neruda (1958).