Por tercera vez en los últimos cuatro meses, hace unos días volví a cruzar el charco. En esta ocasión, el motivo es la celebración de dos bodas de buenos amigos: una en París y otra en Aranjuez.
On Friday morning, I arrived in Paris and I found it as beautiful as ever. All the familiar sights were still there, the temperature was great to go for a walk and the smell of many delicious French treats filled the air in every corner of the city.
El viernes por la mañana, llegué a París y la encontré tan bonita como siempre. Todo seguía en su sitio, la temperatura invitaba a salir para dar un paseo y muchas de las calles olían a comida francesa recién hecha.
El viernes por la mañana, llegué a París y la encontré tan bonita como siempre. Todo seguía en su sitio, la temperatura invitaba a salir para dar un paseo y muchas de las calles olían a comida francesa recién hecha.
I lived and studied in Paris for a year and a half, between Sept. 2003 and March 2005. At the end of my time there, I felt like I had taken pictures of most of the monuments from every possible angle, and I no longer felt compelled to steal a photo of the Eiffel tower every time I walked pass it. That’s the kind of things that tourist do, and I was no longer a tourist in the city where I lived. Four years later, however, I could not help taking lots of pictures of many typically Parisian landscapes. once again. And yet, I still did not feel like a tourist, but rather like someone who meets again with an good old friend, after a long period of absence. No matter where life takes me, Paris was, is and will always be in my heart.
Tuve la suerte de vivir y estudiar en París durante un año y medio, entre Septiembre de 2003 y Marzo de 2005. Al final de mi etapa allí, tenía la sensación de haber sacado fotos de todos los monumentos, desde todos los ángulos posibles. Cuando pasaba por delante de la torre Eiffel, ya no me sentía obligado a apretar el gatillo de la cámara. Al fin y al cabo, eso es lo que hacen los turistas, y uno no se siente turista en la ciudad en la que vive. Cuatro años más tarde, la tentación de fotografiarlo todo me volvió a vencer. Y sin embargo, no me sentí como un turista más, sino como alguien que se reencuentra con un amigo de toda la vida al que llevaba mucho tiempo sin ver. Vaya donde vaya, París siempre estuvo, está y estará en mi corazón. Tanto a él como a mí, siempre nos quedará París.
Tuve la suerte de vivir y estudiar en París durante un año y medio, entre Septiembre de 2003 y Marzo de 2005. Al final de mi etapa allí, tenía la sensación de haber sacado fotos de todos los monumentos, desde todos los ángulos posibles. Cuando pasaba por delante de la torre Eiffel, ya no me sentía obligado a apretar el gatillo de la cámara. Al fin y al cabo, eso es lo que hacen los turistas, y uno no se siente turista en la ciudad en la que vive. Cuatro años más tarde, la tentación de fotografiarlo todo me volvió a vencer. Y sin embargo, no me sentí como un turista más, sino como alguien que se reencuentra con un amigo de toda la vida al que llevaba mucho tiempo sin ver. Vaya donde vaya, París siempre estuvo, está y estará en mi corazón. Tanto a él como a mí, siempre nos quedará París.